Contenido:
	
Muchas de las vacunas
	ya autorizadas se basan en una versión debilitada o muerta del
	virus o bacteria que provoca la enfermedad que se intenta prevenir.
	Por ejemplo, la vacuna
	contra el sarampión es una versión debilitada del virus del
	sarampión. Éste es un enfoque habitual en el desarrollo de vacunas
	que por lo general estimula la generación de unas respuestas
	inmunológicas fuertes y variadas.
	
Sin embargo, en el
	campo de las vacunas del SIDA, éste no es el enfoque buscado debido
	a los posibles problemas de seguridad que plantea. El VIH puede
	mutar rápida y ampliamente y existe la preocupación de que una
	versión atenuada o muerta del VIH pudiera recuperarse o mantener
	parte de su capacidad para infectar una vez dentro del organismo.
	Como nos es factible desarrollar una vacuna preventiva del SIDA
	empleando esta estrategia, se han explorado otras alternativas. Una
	de ellas es el uso de otros virus como sistemas de transporte o
	vectores. Las partículas virales empleadas como vectores están
	debilitadas, o atenuadas, de modo que no pueden provocar enfermedad.
	También se manipulan para que en lugar de contener sus propios
	genes, transporten fragmentos del VIH. Estos vectores virales llevan
	los fragmentos del VIH (o inmunógenos) a las células humanas,
	donde son presentados al sistema inmunológico. Esto desencadena una
	respuesta inmunológica contra el VIH. Estas vacunas candidatas del
	SIDA basadas en vectores virales no pueden provocar una infección
	por VIH, ya que sólo incluyen partes del virus. 
	
	
Vectores
	no replicantes
	
La mayoría de las
	vacunas candidatas del SIDA que actualmente se encuentran en fase de
	ensayos clínicos emplean vectores virales para inducir respuestas
	inmunológicas celulares contra el VIH. Tanto el ensayo STEP como el
	Phambili emplearon una candidata basada en un adenovirus de serotipo
	5 (Ad5; véase ‘Lo más destacado’ del VAX
	de octubre-noviembre de 2007:
	‘¿Un paso atrás?’). La forma natural circulante de este virus
	es una de las múltiples que provoca el resfriado común, pero la
	versión empleada como vector ha sido atenuada de modo que no puede
	provocar enfermedad. El vector basado en Ad5 probado en estos
	ensayos, al igual que en otros, también fue modificado para portar
	inmunógenos del VIH y además fue atenuada mediante ingeniería
	genética para que no pudiera replicarse ni multiplicarse. Todos los
	virus provocan infección y enfermedad cuando penetran en las
	células para posteriormente usar la infraestructura de esas células
	como medio para producir numerosas copias de sí mismos. Esto se
	conoce como replicación. Las copias del virus producidas pueden,
	acto seguido, infectar otras células, estableciéndose así un
	ciclo infeccioso. Para evitar que el vector Ad5 se replique una vez
	dentro del organismo, se le ha eliminado un gen de su código.
	
Esto significa que cada
	partícula de Ad5 empleada como vector podría infectar únicamente
	a una célula y sólo presentaría los inmunógenos del VIH que
	porta una vez el vector sea procesado y las células infectadas sean
	destruidas por el sistema inmunológico. Cada dosis de la vacuna
	candidata contiene más de mil millones de partículas de Ad5, lo
	que implica que se podría infectar un número similar de células.
	Esto podría parecer un número elevado, pero el uso de vectores no
	replicantes limita notablemente la exposición del sistema
	inmunológico al VIH y, por tanto, la magnitud de las respuestas
	inmunológicas específicas frente al virus que puede inducirse. Los
	resultados del ensayo STEP mostraron que este vector específico Ad5
	no fue eficaz a la hora de proporcionar algún grado de protección
	frente al VIH. Aún no está claro por qué fracasó esta vacuna
	candidata, pero antes incluso de obtener estos decepcionantes
	resultados, ya se habían empezado a examinar estrategias
	alternativas para desarrollar vacunas candidatas del SIDA.
	
Vectores
	replicantes
	
Una de estas
	estrategias es el uso de vectores virales que mantienen su capacidad
	de replicación. Este tipo de vector podría aumentar en gran medida
	el volumen de la respuesta inmunológica celular generada frente al
	VIH. El empleo de un virus replicante como vector haría que se
	infectasen muchas más células, aumentado así la exposición del
	sistema inmunológico a los inmunógenos del VIH incluidos en el
	vector y aumentando potencialmente la capacidad inmunogénica de la
	vacuna candidata (véase ‘Cuestiones básicas’ del VAX
	de agosto de 2007
	sobre ‘Entender la capacidad inmunogénica’).
Para
	desarrollar un vector viral replicante, se manipulan los virus de
	modo que se reduce su capacidad de replicación y, por tanto, no
	pueden provocar enfermedad. En el caso de algunos virus, se elimina
	parte de su material genético, lo que a su vez ralentiza su tasa de
	replicación y minimiza su capacidad de provocar enfermedad. Esto
	permite que el sistema inmunológico pueda hacer frente al vector
	viral, por lo general en unas pocas semanas, y finalmente librarse
	de él. También se están estudiando diversos virus animales que de
	forma natural no infectan a los humanos y, por tanto, tampoco se
	replican en las células humanas.
	
Algunos de los vectores
	virales replicantes que actualmente se están estudiando incluyen el
	virus de la estomatitis vesicular, o VSV, que afecta principalmente
	al ganado, el virus sendai, que infecta a roedores y una cepa
	atenuada del virus del sarampión. Algunos grupos de investigación
	también están estudiando serotipos de adenovirus que mantienen su
	capacidad de replicación.
	
Hasta ahora, ninguna
	vacuna candidata basada en vectores virales replicantes ha entrado
	en fase de ensayos clínicos, pero muchos investigadores esperan que
	estos vectores mejoren la eficacia de las vacunas candidatas del
	SIDA que inducen principalmente respuestas inmunológicas celulares.
	Aunque es poco probable que las respuestas inmunológicas celulares
	por sí mismas basten para proteger frente a la infección por VIH,
	después de los recientes resultados del ensayo STEP, se están
	buscando vacunas candidatas que induzcan unas respuestas
	inmunológicas más sólidas que ofrezcan algún grado de protección
	parcial frente a la infección (véase ‘Cuestiones Básicas’ del
	VAX
	de mayo de 2007
	sobre ‘Entender las vacunas del SIDA parcialmente eficaces’).
No
	obstante, la seguridad también es un tema importante. Aunque
	los vectores virales replicantes estarán atenuados de modo que sean
	incapaces de provocar enfermedad, las agencias normativas aún están
	preocupadas por los posibles riesgos relacionados con este enfoque.
	Será esencial estudiar más a fondo estos vectores para esclarecer
	cualquier posible problema de seguridad.